La EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) es una afección inflamatoria que se puede prevenir y tratar. Se caracteriza por una reducción persistente de los flujos de aire espiratorios que no experimenta cambios significativos durante varios meses de observación. Esta limitación está vinculada a una respuesta inflamatoria pulmonar excesiva, especialmente relacionada con la exposición al humo del tabaco. Puede o no ir acompañada de síntomas como disnea, tos y expectoración, así como de exacerbaciones, efectos extrapulmonares y enfermedades concurrentes. Aunque esta enfermedad crónica puede mejorar, no se puede resolver completamente. Además, suele estar asociada con hiperreactividad bronquial inespecífica.

Criterios clínicos

Esta enfermedad se sospecha por criterios clínicos, pero se corrobora mediante el uso de la espirometría que debe mostrar una relación VEF1/CVF inferior a 0,7 después de la administración de un broncodilatador. 

Debido al elevado número de fumadores que se encuentran en la población mundial, la EPOC tiene una alta prevalencia. En España se estima que su prevalencia es de aproximadamente el 9% en personas de más de 40 años de edad. La EPOC es la única de las enfermedades crónicas frecuentes cuya mortalidad no se ha reducido en los últimos 30 años, como ha hecho, por ejemplo, la de las enfermedades cardiovasculares.

La EPOC se caracteriza por la progresiva obstrucción lenta de las vías respiratorias. Esta enfermedad se define por episodios recurrentes, a menudo asociadas a infecciones respiratorias, durante los cuales los síntomas de dificultad para respirar y la producción de esputo aumentan. A diferencia de otros eventos agudos que resultan en la recuperación de los tejidos pulmonares, después de una exacerbación no se produce la restauración de las vías respiratorias ni del parénquima pulmonar; en cambio, se ven afectados por cambios destructivos graduales.

La bronquitis crónica y el enfisema, suelen formar parte de la EPOC, aunque por lo general suele predominar uno de ellos. Estos procesos dan lugar a un estrechamiento de las vías respiratorias, incrementan la resistencia de las vías respiratorias y ralentizan o dificultan la espiración. Como consecuencia de todo ello se produce un desequilibrio de la ventilación alveolar, el flujo sanguíneo y la perfusión por lo que altera el intercambio gaseoso.

Factores de riesgo

Tabaco

El consumo de cigarrillos es, sin ninguna duda, el principal factor de riesgo de EPOC. El riesgo de desarrollar la enfermedad es dosis-dependiente, aumenta a medida que aumentan los paquetes/año. No obstante, no todos los fumadores desarrollan EPOC, lo que sugiere la presencia de factores genéticos que puedan modificar el riesgo individual.

El concepto de paquete-año es el número de cigarrillos que fuma al día multiplicado por número de años que lleva fumando, y dividido entre 20.

Fumar riesgo de EPOC

Profesión

Se ha demostrado una conexión entre el consumo de tabaco y determinadas situaciones laborales. Los trabajadores más afectados son los de industrias del caucho, piel, construcción, plástico, y la elaboración de productos alimenticios.

Sexo, raza y nivel socioeconómico

Hay una mayor prevalencia en hombres, incluso considerando el tabaco.

La frecuencia de defunciones debido a esta enfermedad es más elevada en personas de ascendencia caucásica.

Factores genéticos

La única anomalía genética que se ha identificado hasta el momento y que puede aumentar la predisposición al desarrollo de la enfermedad es la deficiencia de alfa-1 antitripsina. Esta deficiencia puede ocasionar enfisema en personas fumadoras antes de los 45 años.

Manifestaciones clínicas

La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) suele manifestarse típicamente alrededor de la quinta década de la vida. Se caracteriza por la aparición gradual de tos crónica con producción leve de esputo mucoso por las mañanas, especialmente en personas con un historial de consumo de tabaco superior a 10 paquetes-año. Las personas afectadas buscan atención médica debido a un episodio respiratorio agudo, evidenciado por disnea, un aumento en la expectoración y posiblemente sibilancias. En las primeras etapas, la enfermedad puede ser asintomática o presentar síntomas leves. Cuando el paciente busca atención médica, la tos productiva, la disnea y la intolerancia al ejercicio físico pueden haber estado presentes durante más de 10 años. La tos suele manifestarse por la mañana y a menudo se atribuye a la «tos del fumador». Al principio, la disnea solo se experimenta después de un ejercicio intenso, pero se intensifica con la progresión de la enfermedad, apareciendo incluso con actividades ligeras. En este punto, se manifiestan tanto la bronquitis crónica como el enfisema característico de la EPOC.

Exploración física

En la inspección visual se observan signos como la taquipnea, la hiperinsuflación y la necesidad de emplear los músculos accesorios.  En las personas con disnea más grave pueden tener taquipnea y dificultad para respirar al realizar actividades sencillas, como andar por la consulta o desnudarse.

La frecuencia respiratoria de estas personas suele estar por encima de las 10 respiraciones por minuto y es proporcional a la gravedad de la enfermedad.

En fases más avanzadas las personas tienden a adoptar posiciones corporales que les ayudan a aliviar la disnea. Una de estas posturas es la posición de trípode, en la que se inclinan hacia adelante con los brazos apoyados en las rodillas. Asimismo, se observa que respiran con los labios fruncidos, en un esfuerzo por reducir el trabajo respiratorio. Con estas estrategias se busca mejorar la eficiencia respiratoria y aliviar la sensación de falta de aire experimentada por quienes padecen la enfermedad en sus etapas más avanzadas.

También puede aparecer las acropaquías o dedos en palillos de tambor que consisten en que el ángulo de la base de la uña es mayor de 180° y la uña está engrosada, dura abultada y curvada en su borde libre. Durante la auscultación pulmonar en personas es posible identificar una reducción del murmullo vesicular. Además, pueden surgir ruidos adicionales, como los crepitantes, que se manifiestan al comienzo de la inspiración. También se pueden auscultar sibilancias y roncus, que son ruidos principalmente presentes durante la espiración. Estos hallazgos en la auscultación son indicativos de las alteraciones en la función respiratoria asociadas con la obstrucción de las vías aéreas propias de la EPOC.

Diagnóstico de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica

Para orientar el diagnóstico de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) e identificar el componente predominante, ya sea enfisema o bronquitis crónica, se emplean pruebas diagnósticas específicas. Estos estudios facilitan la evaluación del estado respiratorio del paciente, además de que son útiles para monitorizar la eficacia de los tratamientos.

  • Se llevan a cabo pruebas de la función pulmonar con el fin de establecer el diagnóstico y examinar la magnitud y progresión de la enfermedad. Los resultados se fundamentan en valores de referencia específicos calculados para cada persona, teniendo en cuenta su edad, altura, género y peso.
  • Se puede efectuar un estudio de ventilación-perfusión con el fin de definir el grado de desequilibrio entre la ventilación y la perfusión.
  • Se pueden medir las concentraciones séricas de antitripsina α1 para detectar una posible deficiencia de esta enzima, sobre todo en personas con antecedentes familiares de trastornos obstructivos de las vías respiratorias.
  • Se llevan a cabo gasometría en sangre arterial para evaluar el intercambio de gases.

Valores normales

Gasometría arterial: p02: 80-100 mmHg Y Pco2 35-45 mmHg

Gasometría venosa: p02: 35-40 mmHg Y Pco2 40-50 mmHg

Tratamiento del EPOC

Medicación

La bronquitis crónica y el enfisema son actualmente irreversibles, de manera que la enfermedad en sí misma no tiene tratamiento. Sin embargo, las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) pueden mejorar significativamente si se actúa sobre los factores reversibles agregados y se optimizan los mecanismos compensatorios.

Se aconseja la administración de vacunas para prevenir la neumonía y la vacunación anual contra la gripe con el propósito de disminuir el riesgo de infecciones respiratorias. En situaciones de sospecha de infección, se prescriben antibióticos de amplio espectro en personas con esputo purulento y aumento de la disnea.

Los broncodilatadores mejoran el flujo aéreo y reduce el atrapamiento de aire, por lo tanto, mejora la disnea y mejora la tolerancia al ejercicio físico.

Se recomienda el uso de corticoesteroides en casos en los que el asma sea un componente significativo de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica. Estos medicamentos no solo mejoran los síntomas y la capacidad de ejercicio, sino que también pueden reducir la gravedad de las exacerbaciones y la necesidad de hospitalización. Los pacientes con enfisema debido a una deficiencia genética de ATα1 pueden recibir un tratamiento sustitutivo con esta enzima.

Oxigenoterapia

Las personas que experimentan hipoxemia severa y progresiva pueden requerir oxigenoterapia a largo plazo. Esto contribuye significativamente a mejorar la tolerancia al ejercicio, la función cognitiva y la calidad de vida. Además, se observa una disminución en la tasa de hospitalización y un aumento en la supervivencia. La administración de este tratamiento puede realizarse de manera intermitente, durante la noche, o de forma continua. En individuos con hipoxemia grave, la oxigenoterapia continua demuestra ser más efectiva.

Cirugía

Se puede plantear un trasplante de pulmón cuando el tratamiento farmacológico deje de ser eficaz. La cirugía de reducción pulmonar constituye una intervención quirúrgica destinada a personas que presentan enfisema difuso avanzado e hiperinflación pulmonar.

Tratamientos complementarios

Algunas medidas relacionadas con la alimentación, como la minimización de la ingesta de productos lácteos y sal, pueden contribuir a reducir la síntesis de mucosidad y a fluidificar las secreciones.

Ciertas infusiones elaboradas con menta, milenrama, tusilago o consuelda pueden tener propiedades expectorantes que pueden aliviar la congestión torácica. La raíz de orozuz, administrada de diversas formas, también presenta efectos expectorantes y antiinflamatorios que podrían resultar beneficiosos. Sin embargo, se debe tener precaución, ya que su uso prolongado puede asociarse con toxicidad.

“Antes de tomar cualquier producto natural es recomendable consultar con vuestro médico de referencia”

En el ámbito de las terapias alternativas, la acupuntura ha mostrado beneficios en la facilitación de la abstinencia del tabaco y ha sido utilizada en el tratamiento de condiciones como el asma y otros trastornos respiratorios.

La hipnoterapia y la imaginación dirigida son técnicas para dejar de fumar, además, pueden ser útiles para controlar la ansiedad y los patrones respiratorios.

Abandono del tabaquismo

Dejar de fumar no solo contribuye a prevenir, sino que también resulta en una mejora de la función pulmonar después del diagnóstico de esta enfermedad. Se ha podido observar un aumento en la capacidad de expulsión de aire (VEF1) y una prolongación de la esperanza de vida, principalmente atribuida a la reducción de las tasas de cáncer de pulmón y enfermedad cardíaca.

Cuidados de enfermería en pacientes con EPOC