El pulmón, en conjunto con el tórax y los músculos respiratorios, es el encargado de facilitar el intercambio de gases para garantizar una adecuada disponibilidad de oxígeno, que es necesario tanto para la supervivencia del organismo, como para llevar a cabo actividades físicas de intensidad variada. El fallo en esta función vital se denomina insuficiencia respiratoria. Esta se caracteriza por la incapacidad que tiene el sistema respiratorio en llevar a cabo eficientemente el intercambio de gases en los pulmones, que implica la captación de oxígeno y la eliminación de dióxido de carbono. Este proceso, como ya hemos dicho es esencial para satisfacer las demandas metabólicas que tiene el cuerpo, incluidas las del período de descanso.

Hablamos de insuficiencia respiratoria cuando estando en reposo y al respirar aire ambiente a nivel del mar, la presión arterial de oxígeno (PaO2) es inferior a 60 mmHg y/o la presión arterial de dióxido de carbono (PaCO2) supera los 45 mmHg. Este concepto es exclusivamente analítico, por lo que para hacer el diagnóstico es necesario poder realizar una gasometría arterial.

No obstante, los pacientes que sufren de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en etapas avanzadas pueden estar despiertos y activos, presentando valores gasométricos que podrían señalar insuficiencia respiratoria en una persona con una función respiratoria normal previa. En los casos de EPOC, una disminución repentina de los niveles séricos de oxígeno, junto con un aumento de los niveles de dióxido de carbono podría indicar el desarrollo de una insuficiencia respiratoria.

Otras enfermedades como diversos trastornos pulmonares, lesiones en el tórax, traumatismos causados por la inhalación de sustancias, trastornos neuromusculares y enfermedades cardíacas tienen la capacidad de ocasionar insuficiencia respiratoria.

Causas de la insuficiencia respiratoria

  • Desequilibrio de la relación entre ventilación y perfusión: Donde se pueden encontrar zonas alveolares que están bien ventiladas, pero se encuentran mal perfundidas o zonas mal ventiladas, pero bien perfundidas.
  • Alteración del intercambio gaseoso: Debido a un engrosamiento de la membrana alveolo-capilar.
  • Hipoventilación: Por una depresión del centro respiratorio, oclusión de la vía aérea, alteración de la caja torácica, enfermedades pulmonares.
Causas insuficiencia respiratoria

Tipos de insuficiencia respiratoria

Dependiendo de su evolución temporal, la insuficiencia respiratoria puede manifestarse de manera aguda o crónica.

Hipoxemia aguda

Suele ser de aparición en minutos, horas o días. La hipoxemia aguda se puede manifestar a través de una serie de síntomas y signos que incluyen: somnolencia, fatiga muscular, dificultad motora y mental, dolor de cabeza, cianosis náuseas, vómitos o sensación de euforia. En su progresión, puede conducir al coma, desencadenar convulsiones y resultar en muerte. La cianosis puede ser central, cuando la cantidad de hemoglobina reducida aumenta en la sangre arterial, o periférica, cuando el aumento de la hemoglobina reducida ocurre en la sangre venosa.

Hipoxemia crónica

De instauración más lenta. En la hipoxemia crónica, los signos y síntomas pueden manifestarse de una manera más gradual y progresiva, así como derivados de los mecanismos de compensación (como cefalea debido a la vasodilatación y la hipercapnia, hiperviscosidad por la poliglobulia, enfermedades cardíacas, entre otras).

Manifestaciones y evolución

Un aumento en las concentraciones de dióxido de carbono afecta la función del Sistema Nervioso Central (SNC) y provoca la vasodilatación. La dificultad para respirar (disnea) y el dolor de cabeza son signos que nos avisan de este proceso. La hipercapnia, o niveles elevados de dióxido de carbono en la sangre, puede ocasionar una vasodilatación en los vasos sanguíneos periféricos y en los ojos, hinchazón del nervio óptico (papiledema), irritabilidad muscular y disminución en la capacidad de concentración.

El pronóstico de la insuficiencia respiratoria aguda varía depende del problema patológico subyacente. Por ejemplo, la insuficiencia respiratoria causada por una sobredosis de estupefacientes no complicada tiende a remitir rápidamente sin dejar secuelas a largo plazo. Sin embargo, la evolución de la insuficiencia respiratoria debida a trastornos pulmonares puede ser prolongada y estar asociada a un desenlace que es menos favorable.

Tratamiento de la insuficiencia respiratoria

El tratamiento de la insuficiencia respiratoria tiene dos enfoques claramente diferenciados.

  • Tratar la causa subyacente, como administrar un broncodilatador durante una crisis asmática.
  • oxigenoterapia, mantener la PaO2 por encima de 60 mmHg, y conseguir una saturación alrededor del 90%, asegurando así un aporte de oxígeno suficiente a los tejidos para mantener una actividad metabólica estable.

En aquellos casos donde la oxigenoterapia no es suficiente para tratar la insuficiencia respiratoria, se puede emplear la ventilación mecánica, con el objetivo general de mantener una PaO2 por encima de 60 mmHg y un pH en sangre normal.