La sinusitis es la inflamación de los senos paranasales causada comúnmente por una infección bacteriana que afecta a las vías respiratorias superiores. En la mayoría de los casos, son varios los senos que están afectados, siendo los senos maxilares los más comunes, seguidos por los etmoidales, frontales y esfenoidales en orden de frecuencia.

Normalmente, las bacterias son expulsadas de los senos paranasales gracias al sistema mucociliar. Sin embargo, cuando los conductos sinusales se bloquean debido a la inflamación o acumulación de moco, estas bacterias quedan atrapadas en los senos y se reproducen. Las mucosas experimentan inflamación por lo que bloquean la abertura de los senos, dificultando así el drenaje de la mucosidad. Como resultado, dichas secreciones se acumulan en la cavidad sinusal, proporcionando un medio de cultivo propicio para el crecimiento bacteriano.

Dado que las mucosas nasal y sinusal están conectadas, las bacterias suelen acceder a los senos a través de los orificios que se encuentran en los cornetes nasales. La respuesta inflamatoria provocada por la invasión bacteriana conduce a un aumento del edema y la presión en la zona. Por lo tanto, cualquier condición que interfiera con el drenaje de dichos senos como pueden ser: pólipos nasales, rinitis, desviación del tabique nasal, abscesos dentales y lesiones por nadar o bucear, puede provocar sinusitis.

Esta enfermedad se puede presentar de forma aguda o crónica. La forma crónica surge cuando la sinusitis aguda no recibe tratamiento adecuado o el tratamiento no es efectivo. Si la infección persiste, las bacterias pueden quedar atrapadas, lo que conduce a una inflamación crónica con lo que las mucosas se producen engrosamiento. En aquellos pacientes que están inmunodeprimidos, las infecciones fúngicas también pueden desencadenar sinusitis crónica. Además, otros factores como el tabaquismo, antecedentes de alergia y el uso frecuente de aerosoles nasales o inhaladores pueden contribuir a esta condición crónica.

Síntomas de la sinusitis

Las sinusitis agudas son aquellas que duran menos de 3 semanas y generalmente están precedidas por síntomas de resfriado durante la semana anterior. Las formas subagudas tienen una duración que varía entre las tres semanas y los 4 meses.

Por último, las formas crónicas son aquellas que persisten durante más de 3 meses. Entre los síntomas asociados se encuentran:

  • Congestión y presión nasal
  • Dolor sobre las mejillas y los dientes superiores (en la sinusitis maxilar)
  • Dolor sobre los ojos (en la sinusitis etmoidal)
  • Dolor sobre las cejas (en la sinusitis frontal)
  • Rara vez, dolor detrás de los ojos (en la sinusitis esfenoidal)
  • Mucosa nasal edematizada y edema de la cara y el área periorbitaria
  • Fiebre (en la sinusitis aguda)
  • Secreciones nasales (puede ser purulenta en la sinusitis aguda y subaguda, continua en
  • la sinusitis crónica y acuosa en la sinusitis alérgica)
  • Congestión nasal y posible inflamación y pus

Cuándo esta enfermedad se complica pueden ocurrir: abscesos o celulitis periorbitarios, trombosis del seno cavernoso, meningitis, abscesos cerebrales o sepsis. El edema en la trompa de Eustaquio puede provocar hipoacusia.

Diagnóstico

El diagnóstico generalmente se establece mediante el examen físico y la historia clínica. Otras pruebas como pueden ser la tomografía computarizada (TC) o la radiografía se utilizan en aquellos casos de sinusitis que son persistentes, recurrentes o crónicas.

Con las radiografías de los senos paranasales se busca evaluar la opacidad o densidad en los senos afectados, ya que estos suelen ser translúcidos debido al aire que contienen. La presencia de un nivel visible o engrosamiento de la mucosa sinusal son posibles indicadores de sinusitis.

La tomografía computerizada es más sensible para detectar sinusitis aguda y crónica, y a menudo se realiza sin la necesidad de realizar una radiografía previa.

Por último, la resonancia magnética (RM) se puede solicitar en los casos de sospecha de tumor maligno en los senos.

Tratamiento

El tratamiento generalmente implica el uso de pulverizadores nasales con el fin de eliminar las secreciones y aliviar la congestión. El uso de antibióticos para combatir la infección bacteriana, antiinflamatorios (AINE o corticoides) para reducir el dolor y la inflamación de la mucosa, y mucolíticos para facilitar la expulsión de secreciones.
Solo en aquellos casos de sinusitis crónica, donde los síntomas principales incluyen rinorrea con frecuentes recaídas, podría ser necesario recurrir a un tratamiento quirúrgico.

Terapias complementarias

Los tratamientos complementarios tienen como objetivo proporcionar alivio sintomático y mejorar la comodidad en casos de sinusitis. La aromaterapia con hierbas como la mejorana, el eucalipto o la albahaca, administradas mediante vaporización o inhaladas a través de un pañuelo, así como el consumo de tés elaborados con sello de oro, milenrama o uña de caballo, son opciones a considerar. Además, las compresas frías o calientes, la inhalación de vapor y la acupresión también pueden resultar útiles.

Cuidados de enfermería en la sinusitis

Entre los cuidados se encuentran la de educar al paciente para mejorar el drenaje de las secreciones, tales como la inhalación de vapor (mediante baños de vapor, saunas faciales o duchas de agua caliente), aumentar la ingesta de líquidos y aplicar calor local con compresas húmedas calientes.

Además, de enseñar al paciente a reconocer signos y síntomas que podrían indicar complicaciones, como fiebre, cefalea intensa o rigidez de nuca. Esto permite una detección temprana y una intervención oportuna en caso de que surjan problemas adicionales.

Saunas para tratamiento de la sinusitis